Una Letanía por la Paz
Es difícil mantener la paz - desaparece tan fácilmente dentro del caos de nuestro mundo. El dolor, la discriminación, la duda, la inequidad, la enfermedad, y el estrés constante se combinan para formar una niebla.
Una niebla que penetra en cada nivel de nuestra sociedad, que llena nuestros hogares y corazones, nuestros gobiernos.
Cuando las divisiones llegan hasta el alma, los lazos que nos atan terminan en división. }
El odio cancela la esperanza. La codicia se hace pretextos para el odio. Por cada rayo de luz, hay más sombra.
En este lugar,
buscamos crear un espacio seguro, aunque sólo sea por un momento, donde la gente se sienta amada y aceptada. Donde se aman y se aceptan a sí mismos, donde se deleitan en ese amor. Porque Dios quiere que seamos felices y que nos amemos los unos a los otros.
Al salir de este lugar,
buscamos vivir con valentía en un mundo de temor. Buscamos amar con el amor de Dios, que sana las heridas del mundo. Buscamos hablar con la verdad, honrar a la gente, señalar a quienes abusan.
Nos comprometemos a esforzarnos por la equidad, a responder al egoísmo con la generosidad, a responder a la duda con el ánimo de amigos, a responder a la ignorancia con educación, imaginación, y expresión artística. Y más que todo, a esperar.
El mundo alrededor de nosotros puede ser caótico. Nuestro desafío es buscar a Dios y su paz, no a pesar del caos, sino por medio de él.
La paz de Jesús nos calma en medio de la tormenta. “En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.”
Dios, usa a tu iglesia como ejemplo de tu voluntad para nuestro mundo. Danos el valor de alzar nuestras voces, de actuar, de creer lo que es agradable delante de ti. Úsanos como tus manos y pies por la justicia, la paz, y el amor. Revélanos quienes debemos de ser. Amén.
Una niebla que penetra en cada nivel de nuestra sociedad, que llena nuestros hogares y corazones, nuestros gobiernos.
Cuando las divisiones llegan hasta el alma, los lazos que nos atan terminan en división. }
El odio cancela la esperanza. La codicia se hace pretextos para el odio. Por cada rayo de luz, hay más sombra.
En este lugar,
buscamos crear un espacio seguro, aunque sólo sea por un momento, donde la gente se sienta amada y aceptada. Donde se aman y se aceptan a sí mismos, donde se deleitan en ese amor. Porque Dios quiere que seamos felices y que nos amemos los unos a los otros.
Al salir de este lugar,
buscamos vivir con valentía en un mundo de temor. Buscamos amar con el amor de Dios, que sana las heridas del mundo. Buscamos hablar con la verdad, honrar a la gente, señalar a quienes abusan.
Nos comprometemos a esforzarnos por la equidad, a responder al egoísmo con la generosidad, a responder a la duda con el ánimo de amigos, a responder a la ignorancia con educación, imaginación, y expresión artística. Y más que todo, a esperar.
El mundo alrededor de nosotros puede ser caótico. Nuestro desafío es buscar a Dios y su paz, no a pesar del caos, sino por medio de él.
La paz de Jesús nos calma en medio de la tormenta. “En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.”
Dios, usa a tu iglesia como ejemplo de tu voluntad para nuestro mundo. Danos el valor de alzar nuestras voces, de actuar, de creer lo que es agradable delante de ti. Úsanos como tus manos y pies por la justicia, la paz, y el amor. Revélanos quienes debemos de ser. Amén.